Experiencias cercanas a la muerte... ¿aterradoras?

Hola a tod@s, namaste. En otra entrada ya he hablado acerca de las experiencias cercanas a la muerte positivas, sí, esas del túnel y la luz al fondo, esas en las que la persona siente paz y una presencia amorosa, así como una revisión de su vida. Pues bien, también existen otras experiencias, no por menos habituales, menos interesantes: Según algunos estudios científicos, son un pequeño porcentaje, pero así es. Dicen que las personas que las sufren no han llevado una vida ejemplar, precisamente, y que, igual que las positivas, sirven para el cambio y el aprendizaje, aunque de manera bastante menos agradable. Existen tres tipos de experiencias negativas: las infernales, las vacías de sentido, en las que la persona ve el universo con figuras geométricas y donde nada tiene sentido, o en las que la persona siente que su vida carece de significado y sentido, que es una especie de show de Truman en la que nada es cierto, una pantomima, y experiencias invertidas, en las que los símbolos son positivos, pero la persona por alguna razón, vive la experiencia como negativa. También otros investigadores apuntan a distintas fases: miedo y pánico, experiencia fuera del cuerpo, entrar en un vacío negro, sentir una fuerza maligna, y un ambiente infernal. Al principio es un lugar árido y oscuro y acaba siendo un pozo oscuro y un abismo, seres malignos, variaciones térmicas fuertes. primer nivel fuera del cuerpo personas reunidas barreras que separan unas zonas de otras, falta de control, segundo nivel vacío total y desesperación, tercer nivel túnel oscuro donde sólo se oyen gritos, imágenes infernales explícitas, gritos y voces que amenazan al testigo Pero para no dejaros con este mal sabor de boca, os diré algunas cosas: Primero, antes de que se me olvide, recomendaros el potcast del colegio invisible de esta semana sobre la muerte. Respecto a la muerte, yo creo, y muchos investigadores lo atestiguan, que si hay un vínculo de amor entre nosotros, todo será más fácil. Hay casos en los que las experiencias son compartidas con familiares, tanto vivos como fallecidos, casos en los que el vivo saca al fallecido del túnel, y esos instantes en el lecho de muerte en los que la persona que va a fallecer, consciente y con sus capacidades cognitivas perfectas, dice ver a familiares que acuden a buscarlo. Quizá, si los vivos permitiéramos a nuestros seres queridos que se van a ir, hablar sobre la muerte y les escucháramos sin miedo, tal vez nosotros mismos, sin necesidad de vivir una experiencia cercana a la muerte, cambiáramos nuestro concepto de muerte y la viviríamos como un paso a otra vida, más natural. De hecho, el concepto de muerte cada vez se redefine más, cada vez tenemos menos claro a qué llamamos muerte. Con esto me despido, un abrazo de luz a tod@s, namaste.

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